miércoles, 9 de diciembre de 2015

HOMILÍA EN LA MISA DE CELEBRACIÓN POR LA BODAS DE PLATA SACERDOTALES
DEL P. MAURO Y DEL P. JOSÉ ANTONIO
Martes de la I Semana del Tiempo Ordinario
“(Jesús) se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: - Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien” (Lc 10, 21).
Muy querido Mons. Roberto, obispo de nuestra diócesis, muy estimado y querido Mons. Jesús, P. Mauro Gonzales -mi promoción-, queridos hermanos sacerdotes y seminaristas, hermanos y hermanas en Cristo nuestro Señor y María nuestra Madre.
1.- El Evangelio que acabamos de escuchar recoge el “himno de júbilo” del Señor. Esta es la primera idea que quisiera reflexionar con la ayuda del Espíritu Santo. Fijémonos en el profundo sentimiento que expresa Jesús, porque su Palabra, la Palabra de Dios, ha sido entendida y aceptada por los sencillos y los humildes. Jesús se llena de alegría cuando aceptamos enseguida lo que su Padre quiere de nosotros.
Esto es, que si nosotros queremos darle una gran alegría, debemos obedecer presurosos a lo que Él nos pida, con sencillez y humildad. Esa humildad que tenía el Mesías, descendiente del rey David, que hace referencia la primera lectura al hablar de que surgirá un rey del tronco o de la cepa de Jesé (padre de David): humilde, como indica la imagen del árbol talado: el tronco, la cepa.
¡Cuántas veces hemos considerado en la alegría de Dios cuando un pecador se convierte! ¡Cuántas veces nosotros hemos sentido esa alegría después de habernos arrepentido de nuestros pecados, confesado sinceramente, y salir con la paz  y el gozo de la reconciliación!
Ahora debemos también llenarnos de alegría porque hemos llenado de gozo a nuestro Señor al haber hecho lo que Él nos pedía. El P. Mauro y yo –a pesar de los pesares, a pesar de nuestros pecados- también nos llenamos de una alegría incontenible porque en estos 25 años de entrega sacerdotal ha habido abundantes sucesos donde hemos sido causa de júbilo de Jesús. Y también mis demás hermanos sacerdotes lo han experimentado, de los cuales varios celebrarán sendos jubileos el 8 de diciembre.
A ti te animo a considerar en tu oración las múltiples oportunidades donde le has dicho sí al Señor, y le has llenado de gozo: ¡también hay alegría en el Cielo cuando un siervo humilde está cada día haciendo las cosas más sencillas por amor a Dios, obedeciendo, haciendo su voluntad!
2.- “Bienaventurados los ojos que ven lo que están viendo”, exclamó Jesús. Mientras que el salmista dice: “Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él”. Sí, somos dichosos, estamos alegres porque el Señor ha estado grande con nosotros. Este reconocimiento –que debemos tener siempre con asombro humilde– se produce cuando respondemos libremente a la vocación, a la llamada divina, conscientes de que todo es gracia.
Los sacerdotes diocesanos de mi generación se acordarán mucho que el P. Eutiquiano, en el tiempo de formación, nos inculcó que debemos pedir diariamente la gracia de la perseverancia final.
Por eso, así como ustedes, laicos y consagrados, nos piden que recemos por sus personas; nosotros también les pedimos la limosna de su oración para obtener esa gracia de la perseverancia final. Más aún, soy consciente –somos conscientes los sacerdotes- que nuestra fidelidad también se debe a ustedes –feligreses, integrantes de grupos parroquiales y movimientos apostólicos, familiares y amigos–  cuando rezan por nosotros “para que seamos buenos”, para que seamos santos.
Cuando fuimos ordenados sacerdotes recibimos un poder sagrado para ponerlos al servicio de ustedes (Youcat, 249); administrando los sacramentos actuamos “en la persona de Cristo” (Idem, 250). Hemos recibido los dones del Espíritu Santo que hace referencia el profeta Isaías en la primera lectura: la sabiduría y la inteligencia, para actuar con destreza y prudencia y así no errar en el juicio, como Salomón; el consejo y la fortaleza, cualidades propias del buen estratega, como David; la ciencia y el temor de Dios para reconocer que actuamos siempre representando a Dios (Cfr. Sagrada Biblia, EUNSA, Libros proféticos, p. 101). Sigan rezando para que actuemos así, para ser dóciles al Espíritu Santo, para ser ante todo servidores.
El Papa Francisco, en la homilía que pronunció el domingo pasado en una Misa con sacerdotes y consagrados en África, decía que debemos actuar con fidelidad, haciendo memoria de la fidelidad de tantos hermanos nuestros que han dado la vida antes que nosotros, y continuando nosotros siendo fieles para ayudar en la fidelidad de los que vendrán después.
Por eso, qué bueno es recordar a aquellos hermanos sacerdotes, impulsores de nuestro Seminario “Santo Toribio de Mogrovejo”, que nos ayudaron a formarnos: los obispos santos que dieron buena parte de su vida en la diócesis, como fueron Mons. Daniel Figueroa Villón, Mons. Luis Sánchez Moreno-Lira y Mons. Ignacio María de Orbegozo y Goycoechea; o la de aquellos presbíteros formadores, ya fallecidos, como fue nuestro Rector, el P. Ramón Roca Sallas, los PP. Ángel Riero, Plácido Olivares, José Casero y Pepe Vales; y el trabajo de otros sacerdotes que hasta ahora nos ayudan con su fidelidad y ya no se encuentran en la diócesis, como son los PP. Eutiquiano Saldón, Agapito Muñoz, Juan José Miranda, José Alarcón y Guillermo Areán Pereira. Todos estos presbíteros que acabo de hacer memoria tienen algo en común: pertenecieron o pertenecen a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Sí, debo ser agradecido por todo el bien que han hecho a la diócesis, por ser ejemplo de entrega incondicional a la vocación sacerdotal. Por supuesto que ha habido otros sacerdotes y laicos que han sido también bastante generosos con su oración y su ayuda económica para llegar a recibir la formación sacerdotal. Gracias a ellos también.
3.- Para terminar esta homilía, vamos a fijarnos en ese “Sí” jubiloso de nuestro Señor, que el texto evangélico escuchado nos refiere: “¡Sí, Padre, así te ha parecido mejor!”.
Comentando este pasaje, el Catecismo de la Iglesia Católica enseña: “Su conmovedor “Sí, Padre!” expresa el fondo de su corazón, su adhesión al querer del Padre, que fue un eco del “Fiat” de su Madre en el momento de su concepción, y que preludia lo que dirá al Padre en su agonía. Toda la adhesión de Jesús está en esta adhesión amorosa de su corazón de hombre al “misterio de la voluntad” del Padre (Ef 1,9)” (n. 2603).
En efecto, la vida de Jesús, y nuestra vida, tiene sentido cuando hacemos siempre la voluntad de nuestro Padre Dios. Eso hizo la Virgen María cuando expresó: “Hágase en mi según tu Palabra”, o en la obediencia pronta y silenciosa del bueno de José cuando el Señor le indicaba lo que tenía que hacer; o cuando Jesús –sabiendo lo que le iba a suceder– le pidió en el Huerto que si era posible aleje de él ese cáliz de amargura, pero terminó diciendo: “Mas no se haga mi voluntad sino lo que quieras tú”.
De la misma manera, pidan para que nosotros los sacerdotes hagamos siempre lo que el Señor quiere. Esta voluntad divina viene dada por lo que nos señala el obispo. Nihil sine epíscopo: Nada sin el obispo: este es el significado preciso ante la promesa de obediencia que hicimos el P. Mauro y yo a Mons. Ignacio, “y a sus sucesores”: que luego fue Mons. Jesús, y hoy día es Mons. Roberto.
Que sepamos secundar lo que nos pide el Padre misericordioso en este año jubilar del Año de la Misericordia que comenzará el 8 de diciembre: ser ministros de la misericordia, esto es, que dediquemos más tiempo a estar en el confesonario, a predicar más sobre el amor misericordioso de Dios y a secundar los diversos trabajos en el encargo sacerdotal asignado, de acuerdo a las recomendaciones del Papa Francisco.

Madre de Dios, tú que eres la Inmaculada Concepción, tú que eres Nuestra Señora de Guadalupe,  ayúdanos siempre a decir contigo: “Hágase en mí según tu Palabra”; que nos sintamos seguros ante la promesa que la Iglesia nos asegura: “El Señor que empezó en ti esta obra buena, Él mismo lo lleve a término”. Que así sea.

Fiesta Patronal "Nuestra Señora de Guadalupe"

Celebramos la 16ª Fiesta Patronal en honor a Nuestra Señora de Guadalupe. Desde que fue creada la parroquia (el 2-I-2000), Mons. Jesús Moliné -obispo de la diócesis en aquel entonces- nos animó a poner los medios para hacer un complejo parroquial que será la sede definitiva. Gracias a los feligreses guadalupanos, y animados por Mons. Roberto Prevost, se viene haciendo realidad la construcción del templo (ver página correspondiente). Lo estamos ejecutando en primer lugar por la oración incesante que pide a todos ustedes este servidor (como párroco) y los padres Juan Mechán y Juan Manuel Medina (vicarios parroquiales) para que se vaya levantando de la mejor manera y para que venga la ayuda económica necesaria.
¡Infinitas gracias! Aunque también recibo agradecimientos de nuestros colaboradores porque son conscientes de que les estamos ayudando a hacer una obra de Dios, haciéndose merecedores de múltiples bendiciones para su persona, su familia y su trabajo.
Por otro lado, les hago partícipe de mi inmensa alegría por celebrar mis Bodas de Plata Sacerdotales el 8 de diciembre. “Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso quien se acoge a Él”. Tengo una deuda inmensa con cada uno de ustedes porque soy consciente de que mi fidelidad sacerdotal se debe en buena parte a las oraciones suyas, pues todo es gracia de Dios en el camino de la santidad, a pesar de nuestros defectos y pecados. Por este motivo, les invito a participar de dos misas especiales que se han programado: la primera, el martes 1° de diciembre a las 12 del mediodía en la Catedral (donde presidirá nuestro obispo Mons. Roberto con todos los sacerdotes), y, la segunda, el martes 8 (feriado por ser Solemnidad de la Inmaculada Concepción) a las 4.00 p.m. en mi pueblo natal San José.
Finalmente, quisiera anunciar la celebración del Año Jubilar, denominado “Año de la Misericordia”, que ha convocado el Papa Francisco. Comenzará el 8 de diciembre y terminará el 26 de noviembre del 2016. Para ello, te invito a participar de la misa inaugural que tendremos el domingo 13 de diciembre en la Catedral a las 12 del mediodía. ¡Cuánto necesitamos de la misericordia divina! Ya lo decía el Cardenal Jorge Bergoglio cuando se le preguntó si aceptaba la elección: Soy un gran pecador. Confiando en la misericordia y en la paciencia de Dios, en el sufrimiento, acepto.



Con el deseo que de que puedas participar de los actos litúrgicos y de la feria parroquial me despido, recordándote que la Virgencita Morena del Tepeyac te mira desde el Cielo y te consigue abundantes bendiciones de su Hijo Jesús, de su Padre Dios y de su Esposo el Espíritu Santo.


P. José Antonio
Feria Parroquial "Nuestra Señora de Guadalupe" - Chiclayo

25 AÑOS DE VIDA SACERDOTAL 
Nacido en el distrito de San José, departamento de Lambayeque-Perú, el 7 de abril de 1964. Sus padres, Guillermo Jacinto (+19-VIII-2011) y María Isabel Fiestas, tuvieron siete hijos: Blanca Esther, María Elena, Guillermo, Jorge, María Isabel, Oscar Martín y él, que fue el quinto. También tuvo un primo-hermano, llamado como él –José Antonio- que vivió con ellos como un hermano más.
Realizó sus estudios primarios en el Colegio 10222, “Elvira García y García”, desde 1971 a 1975. Hizo su primer comunión y recibió el sacramento de la Confirmación cuando tenía 9 años, en 1973, durante una misión que realizaban los redentoristas..
Estudio Educación Secundaria desde 1976 a 1980 en el Colegio Nacional Mixto San Pedro, donde tuvo excelente profesores, ocupando el primer puesto en todos los años de estudios. Ya adolescente perteneció a un Club social fundado y dirigido por el extinto Alcalde Isaac Fiestas Millones.
En el año 1981, ingresó a la carrera de Ingeniería Mecánica Eléctrica en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Siempre consideró que la Virgen María, bajo la advocación de la Virgen de Fátima, le había escuchado su promesa: que le ayude en sus estudios superiores y que cuando sea un profesional él iba a repartir la mitad de su sueldo entre los pobres. Así hizo los cuatro primeros ciclos, residiendo en Lambayeque y llegando los fines de semana a San José. Al pasar al quinto ciclo, en el verano de 1983, decidió ayudar en la catequesis de Primera Comunión de su pueblo.
Es en estas circunstancias, cuando el 7 de agosto de 1983 recibió la primera llamada de su vocación sacerdotal en un retiro de catequistas organizado por la Comisión Diocesana de Catequesis y dirigida por el Seminario. Allí conoció al Seminarista José Manuel Zamora Romero, hoy día rector de este Centro de Formación Sacerdotal.
Cuenta el P. José Antonio: “El retiro fue una experiencia divina, sobrenatural. Ingresamos el viernes 5 de agosto. El Señor fue tocando mi corazón al hablarme de hacer una revisión de mi vida para que me perdone de todos mis pecados. El sábado continuó con esta reflexión hasta que por la tarde hizo una confesión especial. Ya por la noche sentí esa paz y gozo de Dios durante la misa. Al día siguiente, domingo, terminó el retiro dando la meditación el rector del Seminario, P. Ramón Roca Sallas (Que en gloria esté), y hablo de la vocación sacerdotal. Fue allí donde tuve la primera moción del llamado, de la vocación. Al terminar el retiro, le conté al seminarista José Manuel lo que estaba sintiendo, y me dijo que viviera lo que había aprendido –las normas de piedad- y que si seguía con ese pensamiento me acerque al Grupo de Seminario, que funcionaba los días viernes por la tarde, para conversar con el Rector. Y así fue. Llegó el viernes 12 de agosto de 1983, cuando conocí por primera vez el Seminario Mayor Santo Toribio de Mogrovejo. Conversé como una hora y media con el, P. Ramón, contándole toda mi vida y al final me dijo: “Son síntomas de vocación, depende de ti”. Es allí cuando decidí entregar toda mi vida al Señor, le dije que sí, que decía entrar al Seminario y que me dijera que es lo que tenía que hacer. Eran cerca de las 7.30 p.m., ya estaba oscureciendo, pero para mí comenzó una nueva etapa de mi vida, lleno de luz y alegría”.
Es así como ingresó en el año 1984, cursando el trienio filosófico y el cuadrienio teológico. El rector le pidió que enseñara Matemática a sus condiscípulos, ya que se suponía que él sabía esta materia, por sus estudios de Ingeniería. Y así fue como comenzó a ejercer una actividad docente, que ha ejercido hasta ahora.
“La experiencia de mi formación sacerdotal me ha marcado toda mi vida, especialmente que sea sincero siempre, con humildad y sencillez, sin complicarme la vida. Considero que esto es clave para la perseverancia, pues de esta forma el Señor nos puede ir guiando ya sea en la dirección espiritual y en la confesión semanal. Además, la oración de mi familia y de tanta gente que reza por las fidelidad y santificación de las vocaciones sacerdotales, ayudan eficazmente en hacer la voluntad divina”.
Recibió los primeros ministerios en 1998, el orden del diaconado en 1989 y la ordenación sacerdotal en 1990. Todos estos acontecimiento fueron un 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y de manos de Mons. Ignacio María Orbegozo y Goycoechea (+2004).
Su primer nombramiento le llevó a vivir durante dos años a la provincia de Santa Cruz (departamento de Cajamarca) como vicario parroquial (1991-1992) en la parroquia “La Inmaculada” de su diócesis de Chiclayo.
Luego fue nombrado primer párroco de la reciente creada parroquia “Sagrado Corazón de Jesús” en el distrito de José Leonardo Ortiz, aledaño a la ciudad de Chiclayo (1993); en este tiempo también fue capellán en el Grupo Aéreo N° 6 (1993-1994).
Fue trasladado en setiembre de 1995 para ser el administrador parroquial en la parroquia “San Juan María Vianney”, donde trabajó durante un año.
Monseñor Ignacio lo envió en setiembre de 1996 a hacer un doctorado en Teología (Histórica) en la Universidad de Navarra – España. Es por eso, que residió en la Madre Patria durante 3 años, regresando al Perú en el mes de setiembre de 1999.
Su nuevo obispo, Monseñor Jesús Moliné Labarta, le pidió que apoyara por cuatro meses en la parroquia “Santa Lucía” de Ferreñafe, que se dedicase a trabajar en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, que había comenzado a funcionar precisamente en ese año de 1999, y que comenzara a hacer una Maestría en la Universidad. Además, le dijo que en el año 2000 retomaría su docencia en el Seminario, con los cursos del área Historia de la Iglesia.
A inicios del año 2000 fue nombrado párroco de la recién creada parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe” en Chiclayo, donde viene trabajando hasta el presente año de 2015.
La vocación sacerdotal del P. José Antonio siempre ha ido unida a la vocación docente, como se ha dicho anteriormente: ya desde el año que ingresó al Seminario, en 1984, habiendo estudiado la mitad de carrera de Ingeniería, su rector le pidió que impartiera la asignatura de Matemáticas a sus condiscípulos, y luego a todos los seminaristas durante sus siete años de formación sacerdotal, aunque después le pidieron que también diera Contabilidad Básica. Ya en Santa Cruz continuó en la docencia trabajando en el Instituto Superior Pedagógico “Santa Cruz” con cursos de Educación Religiosa a los futuros docentes. Cuando comenzó a trabajar en su segunda parroquia, localizada cerca del Seminario, fue solicitado para enseñar en su alma mater Latín Básico, Historia de la Filosofía e Historia de la Iglesia. Después de regresar de Pamplona (España) como doctor en Teología, su obispo Mons. Jesús Moliné Labarta le pidió que compartiera su trabajo sacerdotal en la parroquia y en la reciente creada Universidad Católica “San Toribio de Mogrovejo” - USAT (setiembre de 1999), hasta ahora. Por cierto, al mismo tiempo continuó siendo profesor en el Seminario Santo Toribio con asignaturas del Área de Historia de la Iglesia. También en el año 2000 trabajó como capellán en el Colegio Privado Santo Toribio de Mogrovejo.
En la USAT, aparte de ser profesor, ha sido capellán universitario, director del Departamento de Filosofía y Teología y Decano de la Facultad de Teología. Actualmente es Capellán de la Facultad de Derecho. Precisamente, por su trabajo universitario, tuvo que hacer una Maestría en Educación, Mención en Teoría y Práctica en la Universidad de Piura (1999 – 2004). También ha sido director de la Revista diocesana “Vida en Familia” (2005-201). En el año 2009, hizo una estancia de tres meses en la parroquia “Saint Katherine Labouré” en Harrisburg – Pensilvania, para perfeccionar sus estudios del idioma Inglés.
Teniendo 51 años, y habiendo llegado a cumplir sus Bodas de Plata Sacerdotales, el P. José Antonio sigue diciéndonos con el salmista: “Gusten y vean, qué bueno es el Señor! ¡Dichoso el que se acoge a Él!. Y pide oraciones a todos para que siga cumpliendo sus propósito –a pesar de sus limitaciones, a pesar de los pesares, como él dice- de ser un sacerdote que sirva a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida, especialmente que sea un sacerdote confesor, asiduo al confesonario, en este Año de la Misericordia que ha inaugurado hoy día, 8 de diciembre de 2015, el Papa Francisco aperturando la Puerta Santa en Roma.

jueves, 12 de noviembre de 2015

CONSTRUYENDO LA CASA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE EN CHICLAYO


Desde la llegada de Mons. Jesús Moliné, el 12 de octubre del 2000; a la primera fiesta patronal de la parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe”, se encarga la construcción de la sede oficial de la parroquia: una obra de Dios que ahora se ve encaminada.

La parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe comenzó a existir el 2 de enero del año 2000, cuando el P. José Antonio Jacinto Fiestas tomó posesión de ella, en la iglesia del P. J. Túpac Amaru, que fue construida por el P. Juan Tomis Stack.
Desde que recibió el encargo de Mons. Jesús, la feligresía ha ido tomando conciencia de hacer realidad este querer divino: la construcción del complejo parroquial en la zona de la Urb. San Isidro. Tengamos presente que pertenecen a esta parroquia los vecinos de los PP. JJ. Túpac Amaru y Ampliación Túpac Amaru, las urbanizaciones denominadas de La Primavera: I etapa, FAP, Guardia Civil II, III y IV etapa y Condominio Primavera, las urbanizaciones de Patazca, San Miraflores y San Isidro, y el C. H. Augusto B. Leguía.

Tras diversos intentos de conseguir el terreno necesario para este proyecto, por fin en el año 2012 se obtuvo, gracias especialmente a los vecinos de la Urb. San Isidro. Dicho terreno cuenta con 1896 m2 y se encuentra ubicado entre las avenidas Augusto B. Leguía, Los Tréboles y Eufemio Lora y Lora.
El diseño arquitectónico es un complejo parroquial que comprende el templo,  los salones de usos múltiples para catequesis, un velatorio, oficinas para atención y la casa sacerdotal. Hasta la fecha se ha construido el salón multiusos, convertida en capilla provisional, un pequeño comedor y cocina. Y, en lo que se refiere al templo, se ha avanzado parte del presbiterio (donde se levantará un rosetón con su cúpula, que será un hito para la zona), 14 columnas, y se viene levantando la pared externa del lado derecho. La iglesia podría albergar hasta 900 personas, pues contará también con un mezzanine.



“Construyamos la iglesia para ser Iglesia”

No cabe duda que construir una iglesia nos ayuda a sentir mejor la pertenencia a nuestra Iglesia, nos sentimos más familia. Es así como todos los que participan en las diversas misas en la parroquia están desarrollando diversas actividades para obtener fondos a lo largo de estos 15 años.
Desde que se comenzó con las obras en el terreno, desde el año 2013, y más especialmente al iniciar la construcción del templo, la obra se viene construyendo con recursos propios, a través de campañas de bolsas de cemento, aportes económicos mensuales, desayunos dominicales, almuerzos mensuales y con las limosnas que se recogen en todas las misas. Con motivo de la feria parroquial de la fiesta patronal, aparte de organizar la feria gastronómica para el domingo 13 de diciembre, está corriendo una rifa de 5000 boletos, cuya colaboración por boleto es de S/ 10.00, pues queremos recaudar cincuenta mil soles para la etapa que venimos haciendo. Hasta el día 10 de noviembre ya venimos recaudando unos s/. 16,000. Según el arquitecto supervisor, hasta la fecha se viene avanzando un 26 % de la obra.
Finalmente, insto a todos nuestros hermanos católicos y hombres de buena voluntad a seguir colaborando, pues en estos momentos podríamos detener el avance de la obra que se ha proyectado para este año. Para ello, también se puede aportar depositando en la cuenta que tenemos en la Caja Municipal de Piura (N° 110-01-2588890).



Sueño de todos

Como sabemos, las personas que menos tienen son las que más dan. No tanto en cantidad sino en  desprendimiento, como conté en la catequesis del año pasado. Mientras impulsaba la rifa, una niña que se estaba preparando para hacer la Primera Comunión vino con una bolsita con sencillo y me lo dio diciendo: ‘padre, he sacado de mi alcancía todo lo que tenía porque yo quiero que se haga pronto la iglesia’.
Asimismo, los feligreses han salido a buscar más ayudas económicas a los vecinos, amigos e instituciones, a través de oficios; así como en la realización de las actividades que se programan desde el comité dirigente.

P. José Antonio Jacinto Fiestas

Párroco

sábado, 16 de mayo de 2015

CORPUS CHRISTI CHICLAYO 2015


BIOGRAFÍA DE MONSEÑOR ROBERT FRANCIS PREVOST MARTÍNEZ O.S.A.

BIOGRAFÍA DE MONSEÑOR ROBERT FRANCIS PREVOST MARTÍNEZ O.S.A.


Por P. José Antonio Jacinto Fiestas
File:Coat of arms of Robert Francis Prevost Martinez.svg
Monseñor Roberto
nació el 14 de setiembre de 1955 en Chicago, Illinois (EE.UU.). Su padre, don Louis Marius Prevost, es de ascendencia francesa e italiana, y su madre, doña Mildred Martínez, es de ascendencia española. Tiene dos hermanos, Louis Martín (el segundo nombre lo recibió por san Martín de Porres) y John Joseph.

Su infancia y adolescencia transcurrió con los suyos. Los inicios de su juventud se desarrollaron en el campus universitario, pues desde los 18 hasta los 22 años estudió en Villanova University – Pennsylvania, llegando a obtener el Bachellor’s Degree en Matemática (1977), además de una especialización en Philosophy (1977). El 1º de setiembre de ese mismo año ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (O.S.A.), en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en Saint Louis. El 29 de agosto de 1981 profesó los votos solemnes. Durante aquellos años estudió en la Catholic Theological Unión - Chicago, llegando a graduarse con el título del  “Master  of Divinity, (en teología) con mención en Misión Intercultural” (1982).

A sus 26 años fue enviado por la Orden a Roma para estudiar Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (el “Angelicum”). En la Ciudad Eterna recibió la ordenación sacerdotal de manos de Su Excelencia Mons. Jean Jadot, Pro-Presidente del Consejo Pontificio para los no cristianos, el 19 de junio de 1982. Obtuvo la Licenciatura en 1984, y continuó con la preparación de la tesis doctoral, cuando fue destinado a trabajar en la misión de Chulucanas, en Piura-Perú (1985-1986), siendo vice párroco de la Catedral “Sagrada Familia” y Canciller. La diócesis de Chulucanas, erigida el 8-VI-1989, comenzó como Prelatura el 4 de marzo de 1965, para ser atendida por los padres agustinos norteamericanos de la Provincia de Chicago.

En 1987 obtuvo el grado de Doctor con la tesis: “El Rol del Prior Local de la Orden de San Agustín”, recibiendo la calificación de Magna Cum Laude.

En ese mismo año fue elegido director de vocaciones y director de misiones de la Provincia agustiniana “Madre del Buen Consejo” en Olympia Fields, Illinois (USA); además se dedicó a conseguir fondos económicos para las misiones de su provincia, en especial para la misión de Chulucanas. En 1988 fue enviado a la misión de Trujillo para ser el director del proyecto de formación común de los aspirantes agustinos de los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí se desempeñó como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). En la Arquidiócesis de Trujillo prestó servicio como Vicario Judicial (1989-1998), Profesor de Derecho Canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo”; también ejerció como Director de Estudios del mencionado Centro de Formación Sacerdotal, y fue Rector encargado durante un año. Junto con estas labores académicas y espirituales; fue párroco fundador en la parroquia de “Nuestra Señora Madre de la Iglesia”, hoy Parroquia “Santa Rita” (1988-1999) y administrador parroquial de “Nuestra Señora de Monserrat” (1992-1999).

File:Mons. Robert Prevost, OSA.jpgTras estos largos 11 años en Trujillo, regresó a Estados Unidos porque fue elegido (en 1999) Prior Provincial de su Provincia “Madre del Buen Consejo” (Chicago). Después de dos años y medio, el Capítulo General Ordinario lo eligió como Prior General, ministerio que la Orden le volvió a confiar en el Capítulo General Ordinario de 2007. De esta manera, durante dos sexenios, fue responsable de los procesos de planificación y dirección de la orden agustina a nivel mundial, por lo que tuvo que viajar por diferentes países para participar en todos los capítulos de las Provincias y Vicariatos. Además, fue moderador del Instituto “Augustinianum” y responsable de las relaciones de su Orden con los dicasterios vaticanos. En estos años, Monseñor Roberto también se había convertido en un políglota, pues habla el inglés, español, italiano, francés, portugués; y lee el latín y el alemán.

En octubre de 2013 regresó a su Provincia (Chicago) para ser maestro de profesos y vicario provincial; cargos que desempeñó hasta que el papa Francisco lo nombró el 3 de noviembre de 2014 Administrador Apostólico de la Diócesis de Chiclayo (Perú), elevándolo a la dignidad episcopal como Obispo Titular de la Diócesis de Sufar. El 7 de noviembre tomó posesión canónica de la diócesis ante la presencia del Nuncio Apostólico, Mons. James Patrick Green, y del Colegio de Consultores. Y fue ordenado obispo el 12 de diciembre, en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Catedral de su diócesis.

HISTORIA DE LA DIÓCESIS DE CHICLAYO

Archivo:Coat of arms of Robert Francis Prevost Martinez.svg
LA DIÓCESIS DE CHICLAYO

Por P. José Antonio Jacinto Fiestas

            Cuando fue creada la Diócesis, el 17 de diciembre de 1956, por Su Santidad Pìo XII con la bula Sicut materfamilias, “la ciudad de Chiclayo tenía entonces 96,000 habitantes, con 4 parroquias en la ciudad: Santa María (La Matriz), La Verónica, San Vicente y el Señor de los Milagros”. Su territorio comprendía las tres provincias políticas del departamento de Lambayeque, más tres provincias cajamarquinas, a saber: Santa Cruz, Chota y Cutervo. Años más tarde, el 7 de abril de 1965, las provincias de Chota y Cutervo fueron desmembradas para erigir una prelatura territorial encomendada a los padres agustinos recoletos.

Su primer obispo fue Mons. Daniel Figueroa Villón (1956-1967), cuatro años antes había sido nombrado obispo auxiliar Mons. Luis Sánchez Moreno-Lira, que a la muerte de Mons. Daniel, estuvo como Administrador Apostólico durante un año, hasta que tomó posesión de la diócesis el segundo obispo, Mons. Ignacio María de Orbegozo y Goicoechea (1968-1998). En 1997, fue nombrado obispo coadjutor Mons. Jesús Moliné Labarta, quien asumió como obispo titular el 4 de mayo de 1998, ejerciendo hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando fue nombrado el cuarto obispo, Monseñor Robert Francis Prevost Martínez O.S.A., que ejerce actualmente como Administrador Apostólico.

Nuestra Iglesia Particular de Chiclayo tiene cuarenta y ocho parroquias y dos sectores pastorales. Las parroquias están distribuidas en 5 zonas pastorales (arciprestazgos). La zona pastoral centro-este con las siguientes diez parroquias: Santa María – Catedral; Señor de los Milagros, Nuestra Señora del Valle, Sagrada Familia, Santísima Cruz, San Vicente de Paúl, y las cuatros parroquias del distrito de José Leonardo Ortiz: Santa Rosa de Lima, La Inmaculada, San Juan Apóstol y Sagrado Corazón de Jesús. Mientras que  la zona pastoral-oeste comprende las siguientes ocho parroquias: San Juan María Vianney, San Antonio de Padua, Nuestra Señora de la Consolación, Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señóra del Caminio, San Martín de Porres, y las dos parroquias del distrito de La Victoria: San José Obrero y San Juan XXIII.




Las diez parroquias que se encuentran en la zona pastoral norte son: San Pedro (Lambayeque), La Inmaculada (Mochumí), San Pedro (Túcume), San Juan Bautista (Ìllimo), San Pablo (Pacora), El Salvador (Jayanca), San Francisco de Asís (Salas), San Julián (Motupe), Santo Domingo (Olmos) y San Pedro (Mórrope). La zona pastoral litoral cuenta con 10 parroquias: San José (distrito del mismo nombre), Nuestra Señora del Carmen (Pimentel), Santa Rosa (distrito del mismo nombre), San Martín de Tours (Reque), San Pedro (Monsefú), Santa María Magdalena (Eten), San Francisco de Asis (Mocupe), Santo Toribio de Mogrovejo (Zaña), Cristo Rey (Cayaltí), San Juan Bautista (Oyotún).

La zona pastoral este-sierra también tiene 10 parroquias: Santa Lucía (Ferreñafe), Arcángel San Miguel (Picsi), Sagrado Corazón de Jesús (Batangrande), Santa María del Perpetuo Socorro (Pomalca), Santa Ana (Tumán), Nuestra Señora del Carmen (Pátapo), La Piedad (Pucalá), Santa Catalina (Chongoyape), La Inmaculada (Santa Cruz) y Señor de los Milagros (Andabamba).
Los dos sectores pastorales se encuentran localizados en la sierra de Ferreñafe (Cañaris e Incahuasi), y son atendidos por religiosas de la Congregación de Jesús Verbo y Víctima.

En la diócesis trabajan 115 sacerdotes, de los cuales el 85% son seculares y e l5% son religiosos.