60 AÑOS
EVANGELIZANDO CON CRISTO
P.
José Antonio Jacinto Fiestas
Esta región norte formó parte: primero de la
diócesis del Cuzco (1536), después, de Lima (1541), luego, de Trujillo (1609),
hasta que, el 17 de diciembre de 1956, el Papa
Pío XII erigió la Diócesis de Chiclayo con la bula Sicut Materfamilias, determinando que la iglesia matriz de Chiclayo
sea la sede del obispo (por cierto, el 7-XII-1959 fue consagr
ada).
El territorio de la nueva Diócesis comprendía seis
provincias civiles: Chiclayo, Ferreñafe, Lambayeque, Santa Cruz, Chota y
Cutervo). Sin embargo, el 7 de abril de 1963, el Papa Juan XXIII creó la Prelatura de Chota, desmembrando a Chota y
Cutervo, y encomendando su tarea pastoral a la Orden de Agustinos Recoletos. De
esta manera, la Diócesis comprende cuatro provincias: las tres provincias
lambayecanas y la provincia cajamarquina de Santa Cruz.
Sabemos que la eficacia de la evangelización la da
el Señor con la fuerza del Espíritu Santo; sin embargo, también es necesario
que haya instrumentos (pastores, religiosos y laicos) dóciles a su gracia,
quienes bajo la guía de un obispo pastorean una porción del Pueblo de Dios. Esto
es lo que comprobamos en estos 60 años evangelizando con Cristo, tal como se
refiere a continuación.
En efecto, el primer obispo, Mons. Daniel Figueroa Villón (+30-I-1967), desde que arriba a
Chiclayo el 27 de abril de 1957 se dedicó a buscar más sacerdotes, de tal forma
que el número de ellos ascendió de 26 a 51. Fueron sacerdotes diocesanos
canadienses, estadounidenses, españoles, y religiosos dominicos, franciscanos,
pasionistas, vicentinos, jesuitas y agustinos. Se preocupó también de sus
seminaristas que estaban estudiando en Trujillo y en Lima, ordenando a 4 de
ellos; adquirió un terreno para construir el futuro seminario; también erigió
varias parroquias, especialmente en la ciudad de Chiclayo, donde había solo dos
(Santa María Catedral y Santa Verónica). Las nuevas parroquias fueron las de
San Antonio de Padua, San Vicente de Paul, Santísima Cruz, Santa Rosa de Lima y
Señor de los Milagros.
El Papa Juan XXIII asignó un obispo auxiliar, que
años más tarde fue nombrado Administrador Apostólico. Mons. Luis Sánchez Moreno-Lira (+28-IX-2009) llegó a Chiclayo en
1961 para dedicarse principalmente a hacer las visitas pastorales a las parroquias
y administrar el sacramento de la Confirmación; trabajó por las vocaciones
sacerdotales, decretando la fundación del Seminario Mayor Santo Toribio de
Mogrovejo (30-IV-1967); y erigió dos nuevas parroquias en 1967: Nuestra Señora
de La Consolación (2-X) y San Juan María Vianney (8-XII).
El segundo obispo de la Diócesis, Mons. Ignacio María Orbegozo y Goicoechea
(+4-V-1998), pastoreó a lo largo de treinta fructíferos años. Una de sus
“pasiones dominantes” fue el fomento de las vocaciones sacerdotales, cuidando
especialmente la formación en el Seminario. Fruto de esta siembra, se han
ordenado a la fecha más de cien sacerdotes que trabajan principalmente en la
Prelatura de Chota y en nuestra Diócesis. De los 107 sacerdotes que laboramos
actualmente en la Diócesis: 68 hemos sido formados en nuestro seminario, 18, en
otros seminarios, y 21 son sacerdotes religiosos.
Don Ignacio decía lo
siguiente: «Los profesores son cuasisacerdotes porque a través de ellos llega el
obispo a los lugares más recónditos, y que la gran tarea es formar maestros
cristianos para que cambie el país, y además los maestros son los que preparan
el camino al sacerdote». Es por eso que promovió la fundación del Instituto
Superior Pedagógico. Al final de su vida vio que el Señor quería para la
Diócesis una Universidad Católica, por lo que se empeñó en dejar el Proyecto
terminado y presentado a la instancia correspondiente para su aprobación.
Otro proyecto evangelizador que hizo realidad Mons.
Orbegozo fue la construcción de un santuario mariano y de un monasterio de
clausura. Lo inició aprovechando la primera visita de San Juan Pablo II al Perú
en 1985, pues se hizo la imagen de Nuestra Señora de la Paz para que la
bendijera, y se invitó a las madres carmelitas al monasterio (26-V-1995).
Gracias a esta obra, muchas familias acuden al santuario en romería, y desde el
Monasterio San José nos beneficiamos con las oraciones, sacrificios y trabajos
de estas hermanas de clausura.
Monseñor
Jesús Moliné Labarta, tercer obispo de la Diócesis, ha pastoreado la
Diócesis “hasta el agotamiento” durante 16 largos años (desde el 4-V-1998 hasta
el 3-XI-2014). Con sabiduría y fidelidad supo ser la bendita continuidad de lo
que se había desarrollado hasta entonces: la consolidación de la formación
sacerdotal, ya visitando frecuentemente el Propedéutico y el Seminario, ya
enviando más sacerdotes para que realicen estudios de posgrado en universidades
eclesiásticas romanas y españolas, y gestionando la filiación teológica con la
Universidad de Navarra; el inicio y la consolidación de la Universidad Católica
Santo Toribio de Mogrovejo (creada el 14-X-1998); el fomento de las vocaciones
monásticas (el 5 de febrero de 2005 se fundó otro monasterio en Pimentel); la
presencia de más congregaciones religiosas; etc. Con un trabajo intenso –sin
darse tregua– realizó la visita pastoral hasta en tres oportunidades a cada una
de las 48 parroquias.
Habiendo cumplido el límite de edad para ejercer
como obispo titular (75 años), el Papa
Francisco aceptó la renuncia de Mons. Jesús y nombró a Mons. Robert Francis Prevost Martínez OSA como Administrador
Apostólico el 3 de noviembre de 2014. El Santo Padre lo nombró después como
obispo titular el 26 de setiembre de 2015. Mons. Roberto (como le gusta que le
llamen) ha mostrado desde su llegada una disponibilidad total para secundar lo
que el Señor ha ido sembrando con los pastores anteriores. Desde el primer
momento ha mostrado una cercanía sincera y sencilla a sus sacerdotes,
religiosos, religiosas y laicos. Tiene mucha experiencia eclesial por haber
sido Prior General de la Orden de San Agustín durante 12 años, ha vivido en
Roma varios años y ha recorrido muchas partes del mundo.
Durante estos dos años de vida episcopal entre
nosotros ya ha visitado casi todas las parroquias con motivo de las fiestas
patronales o por las confirmaciones, y está continuando las obras apostólicas
referidas. Está promoviendo la evangelización a través de la devoción popular;
prueba de ello es haber promovido la llegada de la imagen del Señor Cautivo
Peregrino de Ayabaca, donde miles de fieles se volcaron a los diversos lugares
de veneración y muchos se confesaron; y el 21 de noviembre de este año ha
erigido en el lugar donde se encuentra la imagen de la Virgen de los Remedios
en “Santuario Diocesano” (Litcán - Santa Cruz). De él se podría decir que es la
figura del pastor que señala el Papa Francisco: un pastor «con olor a oveja»; es bastante
cercano a los sacerdotes y feligreses.
Demos gracias a Dios porque con la ayuda de estos
pastores hemos caminado con Cristo por todos lados. No cabe duda de que siempre
seremos el «granito de
mostaza», pero un granito que va creciendo más y más en la medida en que seamos
instrumentos dóciles al Espíritu Santo.
Evangelizadores
de otras instituciones eclesiásticas
Con la presencia de Mons. Sánchez Moreno-Lira, en
1961, llegaron fieles de la Prelatura Personal del Opus Dei consolidando su labor apostólica años después a través de sus
centros culturales y en colegios. Además, los sacerdotes de esta Prelatura suelen
acompañar a varios sacerdotes diocesanos para que renueven su entrega de
fidelidad en el servicio de la Iglesia.
Algo que debemos destacar en una Diócesis es la
labor de las congregaciones religiosas, cuyos miembros se consagran a Dios por
la profesión pública de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y
obediencia; viven más comprometidos con el servicio divino y están dedicados al
bien de toda la Iglesia (CEC 944-945).
Gracias a este trabajo, la Diócesis cuenta con
varias obras de caridad, tales como el asilo de ancianos en José Leonardo
Ortiz, el albergue de niños abandonados en Ferreñafe, la pastoral de la mujer
en riesgo y peligro en Chiclayo y una ingente evangelización en los centros
educativos promovidos por ellos.
Actualmente trabajan 27 congregaciones religiosas
femeninas, que suman 150 religiosas, además de 4 congregaciones de religiosos y
la Comunidad de San Francisco Javier Misioneros para la Nueva Evangelización
(desde 1998).
Los laicos también tienen un trabajo evangelizador
en medio del mundo, en sus hogares, en sus centros de trabajo y en las labores
apostólicas parroquiales. Asimismo vienen trabajando otros movimientos
laicales, tales como: los Cursillos de Cristiandad (1956), el Movimiento
Familiar Cristiano (1974), el Movimiento de Matrimonios Carismáticos Bodas de
Caná (1987), la Legión de María (1994), el Movimiento de Retiros Parroquiales
Juan XXIII (1993), entre otros. También se encuentran el Instituto Secular
Cruzadas de Santa María (1994), la Asociación Pública de fieles laicos Avanzada
Católica (2008), entre otros.